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A nivel mundial el reciclaje continua siendo una cuestión prioritaria y la realidad es que todavía resta camino para que esta acción tan sencilla pase a formar parte del comportamiento diario de los seres humanos. Una de las vías directas mediante la cual se puede incidir en ese comportamiento es promover campañas de concienciación entre los consumidores sobre la importancia de utilizar correctamente los contenedores de reciclaje.
Realizar una correcta separación de los residuos generados tras el consumo de un producto y depositarlos en los contenedores adecuados, es fundamental.
Si tomamos de ejemplo a nuestro país, la tendencia es que la generación de residuos por habitante siga aumentando a excepción de algunas comunidades. El vertiginoso ritmo de expansión urbana, el incremento de la población mundial y el constante desarrollo económico, son factores que provocan que la generación de residuos aumente. De ahí que para lograr los objetivos del reciclaje, la información sea vital. El consumidor necesita saber cómo reciclar y en cuál contenedor de reciclaje debe depositar los residuos.
Según datos ofrecidos por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) sobre el reciclaje, un 64% de los consumidores recibe información sobre cómo reciclar de folletos, mientras que un 46% recibe esa información de la televisión.
Esto significa que un porcentaje considerable de consumidores recibe información efímera, por la propia naturaleza de esos medios, y en la mayoría de los casos se trata de una información que se olvida con facilidad. En la propia encuesta de la OCU, muchos consumidores señalaron que veían como beneficioso que existiera un solo punto de información en el que pudieran consultar dónde depositar cualquier tipo de residuo.
Cada residuo que llega a un punto de recogida equivocado genera un gasto añadido en su gestión. Los procesos de clasificación y transporte son los momentos más afectados por los inconvenientes que provoca una separación parcial de los residuos generados.
No es suficiente que a nivel doméstico el consumidor conozca cómo separar los residuos, lo ideal es que además el consumidor sepa dónde debe depositarlos.
En este vídeo creado por la OCU, se ofrece información correcta sobre el reciclado en casa.
Cada contenedor está fabricado para alojar residuos específicos. Los contenedores de reciclaje que existen actualmente y que son a la vez los más conocidos están identificados con los colores amarillo, verde, azul y gris respectivamente. Existen también un contenedor de color naranja y otro de color blanco.
Además de facilitar una separación de residuos más integral, el hábito de depositar los residuos en los contenedores, beneficia la conservación del medio ambiente y garantiza un ahorro de recursos en la gestión de los residuos.
En este contenedor deben depositarse gran parte de los envases en los que se comercializan la mayoría de los productos en la actualidad. Entre los envases de metal que deben ir a este contenedor están las latas de conserva, botellas de refresco o cerveza, sprays de cosmética personal, recipientes de aluminio para alimentos. Los envases de plástico que van a este contenedor son todas las botellas de plástico, tapas y tapones de plástico, bolsas de plástico comerciales, también los llamados bricks (como los de leche o el zumo), los platos y vasos desechables.
Buenas prácticas que facilitan el reciclaje y que pueden hacer los consumidores es vaciar el contenido de cada envase antes de depositar en este contenedor y no introducir unos envases dentro de otros.
Hay un grupo de productos u objetos que no deben ir a este contenedor: bolígrafos, calculadoras, cepillos de dientes, cubiertos metálicos o plásticos, cubos de plástico, guantes de goma, tuberías PVC, juguetes y material escolar de plástico.
Este contenedor está dedicado exclusivamente al reciclaje del vidrio. Solo deben depositarse en él envases de este material. Botellas de vidrio sin importar el color (vino, cava, ron, whisky, licores), envases de conservas y alimentos (mermeladas, vegetales), frascos de vidrio de colonias o productos de cosmética personal.
Saber diferenciar el vidrio del cristal en el momento de reciclar ambos materiales es importante para realizar una correcta separación y luego depositarlos en los contenedores adecuados.
En este contenedor no deben depositarse bombillas ni vasos y copas de cristal, frascos de medicamentos, espejos, cristales de ventana, productos de cerámica o porcelana, tubos fluorescentes.
Es uno de los contenedores más conocidos y en él deben depositarse residuos de papel y cartón. Algunos ejemplos son las bolsas de papel, cajas de cartón (como las de productos electrodomésticos, las que protegen alimentos o envases de vidrio o plásticos, las de calzado), carpetas, folletos publicitarios, cartulina, periódicos o revistas, bandejas de papel o cartón, libros, rollos de papel higiénico, libretas, etiquetas de ropa.
No se recomienda depositar en este contenedor fotos, pañales, papel higiénico, adhesivos, papel de aluminio, papel plastificado, vasos o tazas de papel, papel sucio con grasa, envases multimateriales.
Una buena práctica para facilitar el reciclaje de los residuos que se depositan en este contenedor es retirar los clips, grapas, canutillos o espirales que vengan incorporados en el papel y el cartón.
Este contenedor está destinado a aquellos residuos que no son reciclables, materiales que por su composición no pueden ser reutilizados dándoles una nueva vida en la cadena de valor. En algunos casos en vez de gris este contenedor puede ser de color verde oscuro y algunas comunidades de nuestro país han habilitado otro contenedor (color marrón) para depositar únicamente los residuos orgánicos.
En cualquiera de los casos en el contenedor gris para la mayoría de las comunidades se aloja lo que comúnmente llamamos basura en masa. Restos de alimentos, papel higiénico, pañales, cerámica y porcelana, los objetos de goma, copas y vasos de cristal, fotos.
Con el compromiso europeo de que para 2025 un poco más de la mitad (55%) de los residuos que genere cada país de la UE se recicle y sea reutilizado, la perspectiva es que este contenedor cada vez reciba menos residuos, ya que todo lo que se consuma deberá poseer el valor añadido de ser reciclable y entonces se depositará en otro de los contenedores mencionados.
Este contenedor se utiliza en algunas comunidades como división del contenedor gris. En él se depositan solo residuos orgánicos. Lo que debe depositarse en este contenedor son los restos de alimentos (pieles de frutas, cáscaras de huevo, etcétera) y las servilletas y papel de cocina usado.
Este es un contenedor que se utiliza en algunas localidades para descartar aceite de uso doméstico. Como no está muy extendido su uso, en muchos lugares no se conoce este contenedor.
El aceite que se deposite en este contenedor debe estar siempre embotellado.
Se utiliza en la mayoría de las farmacias de nuestro país y son conocidos también como Punto SIGRE. Generalmente son contenedores pequeños que se ubican en el interior de los establecimientos. En ellos se depositan o bien medicamentos que ya los usuarios no necesitan o directamente los medicamentos que han caducado, también se depositan en este contenedor los frascos vacíos de medicamentos.
Una aclaración pertinente es que en caso de depositar medicamentos es necesario que siempre vayan en su caja de origen, incluyendo el prospecto que regula su uso.
El resto de residuos urbanos que no se depositan en los contenedores, deben depositarse en los puntos limpios.
Los puntos limpios son espacios públicos de libre acceso que se reservan para almacenar aquellos residuos que por su volumen no deben ir a contenedores convencionales o que por su composición tóxica son dañinos para la salud y no deben mezclarse con el resto de los residuos potencialmente reciclables.
Algunos de los residuos que deben depositarse en los puntos limpios son: aceite de motor, escombros de obras domésticas, equipos electrodomésticos, aerosoles, baterías y pilas, neumáticos, materiales de madera (muebles, sillas, etcétera), colchones, calzado y ropa en general.
Varios productos llevan un símbolo de un contenedor tachado y esto significa que son productos que no reciclables, por lo que la mejor opción es depositarlo en un punto limpio.
Aunque se ha avanzado en la concienciación individual, todavía en la intención de compra de productos de uso diario como comida, detergentes o productos de higiene, no se tienen en cuenta aspectos ambientales como la reciclabilidad y la reutilización de cada uno de esos productos.
El desafío de la economía circular (sustituir el sistema de producción económica de «sustituir y tirar» por un modelo económico más responsable y respetuoso) continua teniendo como inconveniente que la opción calidad y precio sigue siendo el factor principal que influye en la decisión de compra de los usuarios.
El reto entonces es que cualquier estrategia educativa y de sensibilización, debe informar más y mejor para que el consumidor conozca qué está comprando y las diferentes alternativas sostenibles que existen a ese producto si las hay.
Informar sobre las ventajas y beneficios que aporta a la salud y a la conservación del medio ambiente el consumo responsable, es imprescindible para mejorar el compromiso de los usuarios con el reciclaje.